viernes, 18 de diciembre de 2009

El gerente

Porque, vea, a mi se me está partiendo el corazón, ¿ve? Yo siento esta puntada que le digo acá en el pecho y me parece que me voy a morir. No me estoy inventando los síntomas, eh. No. Me voy a morir por razones biológicamente comprobables. Porque yo le digo que se me parte el corazón es así, se me separan las ventrículas, los dos pares en dos, se me separan, y toda la sangre que se bombea adentro se desparrama por el organismo. Se mezcla toda, la sucia y la limpia, la de las venas y las arterias, cuando se me rompe el corazón pasan esas cosas, ¿ve? Si se me inunda el cuerpo de sangre, doctor, si la sangre no está donde tiene que estar, es tóxica pienso yo. Me voy a morir de intoxicación. ¿De qué? Pero si le digo, de la sangre. Y de la morondanga que flota en el aire. De esas coimas que aletean cuando uno quiere trabajar. Hay cien mil en mi oficina, me picotean todo el tiempo, como zancudos le digo. Claro que si, las conté el otro día. No podía trabajar y me paré en el rincón de mi oficina, donde se junta la ventana con el armario, esa ventana enorme que da a la 9 de Julio, bueno ahí me paré a contar coimas. Cien mil. Una barbaridad. Verdes, por supuesto. Yo por mi profesión andube mucho en el campo, ¿sabe? Claro, y sé que si uno está cerca de una laguna los zancudos no lo joden. Entonces llené mi oficina con vasos de agua. Como no era suficiente, traje bowls y todos los recipientes que encontré en la cocina. Todos llenos de agua. Claro que funciona.
No, quién le dijo que hay tantas coimas. No, no, usted está equivocado. Acá no hay zancudos. Y en mi oficina tampoco.
Pero claro, Adriana, vamos. Allá hay una laguna y los zancudos no joden más. Si, calor hace en todos lados, pero los zancudos no se acercan al agua. Bueno, si querés quedate acá. Yo me voy lejos de estas coimas.
(Y Adriana me contó que se fue como loco malo, y él me dijo que en la laguna no había zancudos.)

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Spirits

La gota de vino tinto que resbala en el paladar había mojado su ombligo "we drunk the spirits" she said "we sniffed the spirits" I said la alimentaba con gotero que salía de sus dedos con la lengua acariciaba el manjar y con la piel lo envolvía lo dejaba lo aceptaba lo llevaba alguien podría haber dicho que se fundían pero no las gotas se mezclaban con las de sudor entraban salían jugaban se escondían un día juntos ascendieron, juntos se elevaron en medio del aire, tenían cuatro piernas, cuatro brazos, dos corazones y todo lo demás por duplicado no les alcanzó la piel para contener la alegría y en medio del eter explotaron.
Alguien dijo una vez "Aquí hubo dos chicos que mucho se querían aquí hubo, si, y un día desaparecieron. Nadie sabe qué pasó nadie sabe, rastros no hay, ¿verdad señora?". "No sé", contestó la detective, "en estas sábanas sólo hay polvo de estrellas".